28 marzo 2010

Cortos con BGM (1-4)

Título: Cortos con Background Music (1-4)
Personajes: Aimée Reed, Leonardo Ramírez. Aims/Leo implicado.
Advertencia: Sin orden cronológico aparente. Los que se relacionan están indicados.

#1: Cannibal Girl (Head Automatica)

Contadas veces Leonardo había tenido oportunidad de enseñarle algo a alguien. Primero porque su especialidad era de pocos y todos llegaban a aprender con el curso mismo; y después, porque los que no entraban a la especialidad y querían aprender a conducir algo normal, siempre acudían a los cursos externos.

«You've been eating me alive...» musita ella junto a la canción, y a él no le importa no entender sus canciones ni compartir sus gustos, porque le da un manotón sin pensarlo cuando va a cambiar el CD y es una reacción tan innata que le hace pensar qué cómoda está ella con él y qué tanto han recorrido para llegar a eso.

Estar de copiloto no es lo suyo, piensa, y sabe que Aimée no fue del todo sincera cuando un mes atrás llegó con las llaves del jeep y le pidió unas clases express para conducirlo, porque nadie podía aprender con tanta facilidad como ella lo había hecho; pero Leonardo prefiere hacer como que esto todavía es ella aprendiendo y él supervisando; así que se reclina en el asiento, la escucha cantar por lo bajo de vez en cuando, cierra los ojos y se deja llevar.


#2: Dirty Little Secret (The All-American Rejects)
I'll keep you my dirty little secret,
don't tell anyone or you'll be just another regret
...who has to know?

El reloj en su mesa de noche lee las 2.30 am y Jorge todavía no ha llegado. O al menos, nunca lo sintió. Entendible, teniendo en cuenta que era difícil estar atento a ruidos externos cuando Aimée estaba en su habitación. La observa a su lado, con el cabello multicolor desordenado, los ojos cerrados y la respiración acompasada, y Leonardo intenta resistir la sonrisa que le nace, pero no resulta del todo. Probablemente no resultará sino hasta que se acostumbre, y acostumbrarse a esto no es algo que le apresure.

Aimée abre los ojos sin prestarle atención y observa el reloj que marca las 2.31. Suspira y vuelve a cerrar los ojos, tal como hizo a las 2.25, a las 2.15 y a las 2.05 antes de eso. Casi le hace desear que se olvidara de su horario por una vez y se durmiera para que él pudiera hacerlo también, en vez de tener que perder minutos en vela esperando a ver cómo termina otra noche más.

A las 2.35, le toca suspirar a él al verla comenzar a levantarse. No le dice nada, pero no es tan bueno como ella en esconder sus emociones y ella se voltea a mirarlo luego de medio envolverse en la sábana y ponerse en pie.

—Jorge ya llegó, sólo esperaba un tiempo para asegurarme de que se fue a dormir —dice a modo de explicación. —Acordamos en que sería mejor que no me viera, ¿recuerdas?

—Sí, ya sé.

No la observa cambiarse ni tampoco cuando la habitación vuelve a caer en silencio.

—Ya me voy.

—De acuerdo.

2.40 y la puerta de su habitación se cierra tras Aimée sin reparos. 10 minutos más que lo normal, casi le había hecho pensar que esta vez sería diferente. Pero no.


#3: Restless (Within Temptation)
she embraced, with a smile as she opened the door
a cold wind blows,
it puts a chill into her heart

Aimée es una buena agente. Sigue las órdenes al pie de la letra, nunca hace preguntas de más, cumple con sus horarios, no se retrasa, la mano no le hesita cuando sale en misiones. James está orgulloso de ella y OMAS le ofrecerá el cargo de instructora si alguna vez fuera removida como agente de campo.

Leonardo ve el precio reflejado en sus movimientos cuando ella se retira del casino la noche en que vuelve de una misión exitosa. La sigue y la encuentra de pie en la azotea del edificio, donde no hay cámaras para grabarla ni gente para mirarla, uno de los pocos lugares en OMAS donde se obtenía privacidad, intentando encender un cigarrillo con un encendedor que no deja de apagarse por la brisa nocturna. De cerca, puede notar sus manos temblar levemente antes de que espete una maldición en inglés por lo bajo.

—Tú no fumas —le dice, arrebatándole el cigarrillo de la boca sin protesta de su parte. La ve retirarse el cabello del rostro antes de suspirar.

—No —responde ella, la mirada fija en la distancia, fuera de OMAS, lejos de lo que significa ser una agente—, pero a veces me gustaría.

Tiene el cigarrillo en la mano y ella sostiene el encendedor en la suya, pero no consentirá en devolverle un escape rápido. Leonardo no la abraza, no dice una palabra de consuelo, no se decide a acercarse más de lo que ya está y Aimée - Aimée nunca se lo pediría. Es demasiado fiel a sus entrenamientos, a su profesión, a sí misma y a todo lo que la hace tan británica.

Aún así, cuando el momento pasa y Aimée decide sonreír levemente y decir que mejor entran, se dice a sí mismo: quizá la próxima vez. La próxima vez será mejor y quizá se atrevería a dejar de andarse con rodeos con ella en vez de siempre estar aparentando que son sólo compañeros.


#4: Relax, Take It Easy (Mika)
it's as if I'm playing with fire
it's as if I'm terrified.
are you scared?
are we playing with fire?

Arribaran a las 7.30 en Inglaterra, todavía quedaban dos horas de vuelo y Aimée no puede quitarse la sensación de que esto es un error. Ha dormido poco durante la noche, pensando. Él, nada. Ni siquiera con el whisky había dejado de tamborilear los dedos en el apoya-manos, pero intentaba aparentar la calma manteniendo los ojos cerrados.

—Leonardo... —susurra.

—Ya basta, Aimée —la ataja él, sin demora, hablando en murmullos también. —Aunque quisiera arrepentirme no puedo, ya déjalo estar.

—Pero...—

—¿Qué es lo que quieres, mujer? —vuelve a interrumpirla—, ¿volverme loco de los nervios? Ya estoy a medio camino de tirarme el pelo, te aviso.

—No estarías volviéndote loco de los nervios si me hubieras hecho caso en Santiago cuando dije que esto era una mala idea.

—¿Qué es lo peor que podría pasar? —pregunta Leonardo, abriendo los ojos y sin dejarla responder. —Peor que la vez anterior, me refiero.

Aimée le sonríe y aprecia el que tome su mano con ligereza, sin pensarlo demasiado, como si lo hiciera todos los días al verla.

—James y mi...

—Tu padre, tu madre, tu mayordomo, tu perro y toda tu familia entera está loca de remate y son unos jodidos conservadores al extremo, qué quieres que te diga, princesa. Con todo y eso, vine, así que deja de crear más obstáculos y déjame en paz.

Suaviza sus palabras dándole un beso en el dorso de la mano, antes de volver a cerrar los ojos, volver a tamborilear los dedos de su otra mano en el apoya-manos e intentar parecer calmado. Aimée lo observa, con su cabello demasiado largo, su gorro gris que parece manda, su camisa verde lima, sus jeans holgados. Un 016 en pleno, y nada de lo que James hubiera querido para ella.

—Leonardo...

Él vuelve a abrir los ojos y deja escapar un suspiro con gesto de resignación.

—¿Ahora qué?

Lo obliga a mirarla al apoyar una mano sobre sus mejillas, y se inclina en el asiento para besarlo con suavidad sin decirle nada.

—En un avión con más de cincuenta personas presente que puedan vernos y en pleno día. O casi. Vaya, Aimée, se diría que estás progresando —dice él en respuesta, sonriéndole. —El día que me llames 'cariño' en público me daré por satisfecho.

Aimée no logra contener una mueca de desacuerdo que no pasa desapercibida por él, y lo hace acallar una risa para no molestar a los demás pasajeros que sí duermen y aprovechan las horas que quedan antes de arribar. Entonces, suelta su mano para quitar el apoya-manos entre ellos y la abraza por la cintura, apoyando el rostro en su cuello.

—Quédate tranquila, Aims —le musita, sin rastros de su humor anterior, una de sus manos bajando hasta su rodilla. —Saldrá bien.

—¿Tú crees? —ironiza ella, dándole un manotón a la mano suya que acaricia su rodilla y luego intenta acariciar su pierna bajo la falda, haciéndolo sonreír contra su cuello en respuesta.

—Sí. Sí, eso creo —responde él, besando su cuello ligeramente antes de volver a abrazarla con ambos manos y guardar silencio.

Aimée, sin razón ni lógica alguna, le cree.

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